1.1 ¿Como se explica la desigualdad en el conocimiento civico? El lenguaje como propuesta
Construir sociedades más democráticas es un objetivo internacional consagrado por la Organización de las Naciones Unidas tanto en la Declaración Universal de los Derechos Humanos como en el Pacto internacional de los Derechos Civiles y Políticos. Basándose en estos tratados internacionales, para que una sociedad sea efectivamente democrática son requisitos fundamentales una amplia participación de la ciudadanía y que la participación sea representativa, es decir, que no tenga sesgos socioeconómicos, raciales, de género, o de cualquier otra razón. Actualmente podemos decir que múltiples democracias poseen conflictos respecto a estas dos condiciones. En primer lugar, existe una tendencia a la disminución en la participación política (Tezanos-Pinto, Cortés, and Concha 2015; Herrmann and van Klaveren 2016; Díaz 2017; Janmaat 2013; Contreras and Navia 2013; Galston 2007). En segundo lugar, la participación política es desigual, perjudicando la representación de la voz política de sectores con menos recursos (Verba 2003; Lijphart 1997; Coffé and Lago 2020; Hutchings and Valentino 2004). Más aun, estas desigualdades políticas se transmiten de manera intergeneracional (Brady, Schlozman, and Verba 2015). En el caso Chileno, tanto el Centro de Estudio de Conflicto y Cohesión Social (COES) como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) han señalado que existe una gran desigualdad en la participación política, la cual sobrerrepresenta los grupos acomodados del país favoreciendo la reproducción de las desigualdades (Joignant et al. 2017; Palet, Aguirre, and Chile 2017).
Al explicar la desigualdad política se han trasado, por lo menos, dos grandes líneas: por un lado, se destaca el rol del poder económico, por otro, la importancia de las desigualdades sobre habilidades y conocimientos para la ciudadanía. Para desarrollar estas habilidades y conocimientos ciudadanos, muchos países han incorporado en sus planes la educación ciudadana(Keer 2015). Sociológicamente, la escuela es un lugar estratégico para fomentar valores, principios y conductas democráticas, pues en ella se realiza un proceso de socialización donde los estudiantes incorporan normas sociales necesarias para la vida en su comunidad (Durkheim 2010). Hace 40 años se han realizado múltiples investigaciones para estudiar el desarrollo de las habilidades ciudadanas a nivel mundial y comprender la importancia de la educación cívica (Torney 1979). Estas investigaciones han evidenciado reiteradamente que los estudiantes de distintos grupos socioeconómicos poseen distintas actitudes e intenciones de participación, lo cual es un obstáculo para la realización de la democracia (Castillo et al. 2014; Miranda, Castillo, and Cumsille 2018; Ferráns and Sandoval-Hernández 2017; Treviño et al. 2017).
Además de estudiar las actitudes y conductas políticas de los estudiantes, desde 1990, existe un esfuerzo por estudiar las habilidades de los jóvenes para la ciudadanía (Torney-Purta 2015). Este esfuerzo derivó en la prueba de conocimiento Cívico y Ciudadano la cual fue aplicada en tres décadas distintas a varios países. La prueba de conocimiento cívico refleja el conocimiento que poseen los estudiantes de sus sistemas políticos y las habilidades cognitivas que poseen para reflexionar sobre situaciones concretas a partir de principios y conocimientos democráticos (Schulz and IEA 2010). Existe contundente evidencia para señalar que un mayor conocimiento cívico se relaciona con mejores actitudes democráticas como la participación y la tolerancia (Schulz and IEA 2010; Galston 2007; Miranda, Castillo, and Cumsille 2018). Preocupante, es que una de las conclusiones más reiteradas de estos estudios es la existencia una transmisión intergeneracional de la desigualdad política, es decir, estudiantes hijos de padres con mejor situación económica, no solo poseen mejores prácticas y actitudes democráticas, sino que tambien estas son influenciadas por las diferencias en conocimientos y habilidades para desenvolverse en la vida política (Schulz and IEA 2010; Miranda, Castillo, and Sandoval-Hernandez 2015). ¿Qué es lo que fomenta la desigualdad en el conocimiento Cívico? Actualmente existen distintas explicaciones para comprender como la desigualdad de recursos de los padres afecta el conocimiento Cívico de los estudiantes (Miranda, Castillo, and Cumsille 2018). Por un lado, se propone que las desigualdades en la cultura política de las familias afectan las actitudes cívicas de los estudiantes, lo cual se explica por procesos de socialización donde se transmiten actitudes e intereses. Por otro lado, se propone que la desigualdad económica se traduce en desigualdad educativa lo cual fomenta la desigualdad en habilidades académicas como, por ejemplo, la desigualdad en habilidades de lectura (Brady, Schlozman, and Verba 2015). Desde esta perspectiva, las habilidades académicas, especialmente las habilidades asociadas al lenguaje (Torney-Purta 2015), son fundamentales para el desarrollo del conocimiento cívico. Las habilidades del lenguaje son relevantes para las habilidades cívicas pues las ultimas requieren como base el desarrollo de habilidades como la comprensión, la interpretación y la evaluación, las cuales son partes centrales de la comprensión lectora. Aunque existe evidencia tentativa de la importancia de las habilidades del lenguaje para el conocimiento cívico, esta evidencia está basada en mediciones imprecisas de cultura y habilidades académicas, como el efecto de tener libros en el hogar y es necesario triangular con mejor información. Evans (2014) señala que el efecto de tener libros en el hogar sobre el conocimiento cívico, se podría explicar por que es un indicador que refleja estatus, o bien porque el acceso a libros es indicador de ventajas académicas, como la comprensión lectora. En esta línea, Gregory (2016), quien evidencia el efecto de la cantidad de libros como indicador de alfabetización (“literacity”), señala que futuras investigaciones deben utilizar mediciones más precisas sobre el nivel de alfabetización de los estudiantes. Frente a esta necesidad enunciada por quienes investigan la desigualdad en el conocimiento cívico, esta tesis aporta con evidencia más precisa para comprender el rol de las habilidades del lenguaje en la desigualdad del conocimiento cívico. En función de esta propuesta, el objetivo de investigación de la presente tesis versa del siguiente modo: > ¿Cuál es el rol que juegan las habilidades del lenguaje en la desigualdad social del conocimiento cívico?
En suma, se propone que el manejo del lenguaje posee potencial teórico para explicar la desigualdad en el conocimiento cívico. Si bien, efectivamente participar en un contexto de mayor capital cultural puede motivar un mayor interés político, el poseer este valor democrático no significa necesariamente que el estudiante posea la capacidad de interpretar una situación y evaluar su relación con dicho ideal. Por el contrario, poseer un mayor manejo del lenguaje implica mayores capacidades cognitivas de diversos tipos que probablemente facilitan la comprensión del mundo político, la interiorización de conocimientos cívicos y la capacidad de evaluar diversas posturas. Si bien tanto intereses como habilidades son fundamentales para el desarrollo de un sujeto participativo, para explicar particularmente los conocimientos cívicos, es comprensible que las habilidades como la lectora sean relevantes.
Hipótesis general: La desigualdad social del conocimiento cívico se debe parcialmente a las habilidades del lenguaje.
Evidenciar que el manejo del lenguaje es capaz de explicar en alguna medida la desigualdad social del conocimiento cívico es un aporte sustantivo a la teoría de la socialización política. Que el lenguaje juegue un rol en las habilidades políticas daría cuenta de su importancia para la vida democrática tanto para comprender sus conceptos como para actuar de modo ciudadano. Esto es un aporte al modelo de recursos, pues permite profundizar en la comprensión del mecanismo causal de la reproducción social de la desigualdad política, respecto a la transmisión de habilidades, como Brady, Schlozman, and Verba (2015) sugerían necesario. Además, si se evidencia que las habilidades sobre el lenguaje se asocian con el conocimiento cívico se puede esperar que jóvenes de sectores populares, que hayan logrado desarrollar habilidades sobre el lenguaje, posean igualmente un mejor conocimiento cívico pese a la desigualdad social. Evaluar esta posibilidad puede ser provechoso para las políticas públicas enfocadas en disminuir la desigualdad en la educación cívica. A partir de las inquietudes y propuestas planteadas hasta ahora, se establecen los siguientes objetivos de Investigación:
Objetivo general: Comprender el rol que cumple la desigualdad social del manejo del lenguaje en la influencia del origen socioeconómico sobre el conocimiento cívico y ciudadano.
Objetivos específicos:
Evaluar la relación entre habilidades del lenguaje y conocimiento cívico.
Evaluar la capacidad explicativa de las habilidades del lenguaje sobre la desigualdad social del conocimiento cívico
Evaluar la capacidad que posee la comprensión lectora para aminorar la desigualdad social del conocimiento cívico.